Haciendo un repaso de lo publicado hasta ahora, es obvio que predominan los diseñadores británicos, nórdicos o japoneses y faltan aun muchos de los grandes diseñadores italianos del siglo XX. Seguramente tiene que ver con un mayor interés (nuestro) en los diseños depurados y sencillos, cuando muchos de los italianos se caracterizan por un trabajo estéticamente muy rico en formas, y en ocasiones incluso excesivo o barroco. El arquitecto milanés Achille Castiglioni es, por lo tanto, una excepción en este sentido, pues su trabajo como diseñador está lleno de objetos muy elegantes y sencillos, materializaciones de ideas muy potentes trabajadas hasta conseguir su manifestación más clara y pura. De todos ellos hemos escogido el escritorio Scrittarello, las lámparas Taraxacum y Parentesi y la vajilla Bavero.